Un bolígrafo parece poca cosa. Pesa muy poco y hay un montón y de diferentes formas. Además, puedes elegir el color, lo que hace que tengas muchas más posibilidades a la hora de escoger el que más te guste. Tienes de color azul, negro, rojo, verde, etc. También tienes diferentes marcas, pero, ¿quien no se acuerda de los míticos anuncios de la marca BIC? Con los BIC naranja, BIC cristal, BIC negro...
Pero para mí un bolígrafo es algo más. De pequeño siempre que veía a los periodistas en la televisión, los veía con un bolígrafo en la mano. O también el hombre del tiempo, muchas veces enseñaba los mapas con un bolígrafo. Pues yo no quería ser menos, y siempre que podía iba acompañado de un bolígrafo. Tampoco era muy difícil porque en el colegio tenía que hacer deberes y trabajos, y para hacerlos necesitaba esta herramienta tan necesaria que es el bolígrafo, o más conocido como boli.
Pero también cuando estaba en casa y tenía que hablar con alguien siempre iba acompañado de mi bolígrafo, y no sé por qué, siempre hay uno al que le coges más cariño que a los demás. También me acuerdo que a veces imitaba a los hombres del tiempo en mi habitación, y con el boli en mano hacía la predicción del tiempo para los días siguientes simulando un mapa en la pared. Otra manía era leer el periódico con un bolígrafo entre mis dedos por si tenía que apuntar alguna cosa importante. Ésta es una cosa que sigo haciendo actualmente. También recuerdo tener diferentes libretas pequeñas donde siempre apuntaba resultados de deportes y hacía las alineaciones que más me gustaban de todos los equipos de Primera División y sobretodo del F.C. Barcelona, mi equipo.
Por tanto, para mí el bolígrafo es un objeto muy importante. Además, si finalmente me acabo dedicando al periodismo pasará a ser una herramienta de trabajo y que dificilmente morirá a pesar de la nuevas tecnologías, porque no es lo mismo escribir en un teclado que el placer de escribir cualquier cosa con un bolígrafo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario